Nada más bajar del coche intuimos que iba a ser una preboda diferente al ver la simpatía y naturalidad de los novios.
Se avecinaba tormenta y estábamos un poco inquietos. Después de cambiar impresiones, decidimos entre todos darle "COLOR A SUS FOTOS".
Empezaron como un simple juego, pero de pronto nos dimos cuenta de que se nos podía escapar de las manos, "los dos querían ganar".
Al final prevaleció el dicho de que los más queridos son los más reñidos.
Gracias por esta sesión de fotos tan divertida en la que tanto disfrutamos ¡¡QUE SEÁIS MUY FELICES!!